miércoles, julio 11, 2007

De un fragmento, un espejo, y real


Estaba hablando acerca de los elementos que conformaban el baño y entre ellos el que más me gustaba era "El Espejo" . Me gusta, alivia mi angustia cuando no me veo en ningún lugar, en nadie. Creo que a estas alturas no me veo ni en los perros. Antes, talvez si.

Ese espejo rectangular, largo, es como una persona, pero espejo. A veces no se ve muy bien porque hay ciertos niños que salpican agua con sus manitos, se ve indecente.
Otra característica de este espejo son, o mas bien sus estados, que son un solo estado pero se confunden como varios. Siempre esta en el mismo lugar, siempre se revela la verdad en él.
Ese espejo me ve de verdad, ve lo que yo no veo. Talvez por eso nadie se mira al espejo como espectro de revelación de la falsedad, su mentira se revela en tanto se mira a través de el, mas bien por el.
No todos son capaces de mirarse y mirarse bien. No todos pueden mirarse a lo ojos. Por su mentira, por eso no puede mirar a otros a los ojos, porque mienten. Que triste existencia de esos ojos que nunca quieren ser vistos por su mirador. En el espejo pude saber, reconocer, talvez solucionar, todo el afecto que falta.
El muestra mis ojos, mi cuerpo, mis heridas, ridiculeces, alegría, todo lo que no puedo ver con mis ojos afuera, aunque al precio de que me los arranque.
(Talvez hubiera comenzado hablando del espejo que del baño, ya que el escrito original se refiere al baño).
Lo ojos que veo en el espejo son ojos de tristeza, de egocentrismo, de seducción, de maldad, frustración y una serie de conceptos mas. Aprendí, no, tuve que ver con mis ojos, ver mi mirada, ver mis fallas. Al verlas reparo esas fallas que aunque se reparen se quedan allí reparadas. No se puede pretender tanto como la perfección, aunque ya sea perfecto.
En mis ojos vistos por mi misma, veo mis ojos, otros ojos, varios ojos, que son mi ojos y otros ojos. Pero más que varios ojos, son miradas. ¡No se que pasaría si no tuviera ojos! Si aun los conservo y son capaces de ver mi mirada a través del espejo es por el cuidado que les entrego, ya que permiten que me mantenga aun aquí. Cuando ya no pueda ver mi mirada, solo unos ojos muertos, habré de perecer. Pero aun no ha sucedido, sino, no estaría escribiendo.
¡Aquí no hay ningún problema! Solo la cuestión que es el espejo en mi mirada por mis ojos.
Solo mis ojos, solo mi mirada pueden mirarme y calmarme. Por eso no deseo ni pretendo mirar demasiado a los ojos ajenos. Esas miradas me provocan náuseas en algunos casos, mareos, taquicardia, escalofríos, etc.
Otros ojos son mirables y parecen de maniquí. Esos no asustan. Esos ojos que están llenos de algo que apesta, esos me hacen mal.
Pero hay otros ojos que hacen que me divida y me de cuenta que no solo soy yo y mis ojos, sino que soy yo y mí espejo. Estos ojos funcionaron como espejo en mis ojos, una vez.
Allí encontré mi mirada, la única que veo en el espejo. Encontré mis ojos en algo humano que tiene ojos de verdad y no de vidrio, aluminio, nosé, espejo. Ojos con sangre, con luz, con vida, con muerte, todo allí en unos solos ojos, sus ojos.
Si solo entendiera lo que significa para mi su mirada, ya me habría suicidado. Pero, es eso, sus ojos son mis ojos, los ojos que tengo, que perdí cuando los vi, que por una fracción de segundo casi, explotan.
Sus ojos son mi ojos y aunque piense que no, ya se quien se los robo. ¿De donde sacaste esos ojos maldito? Creí que eran míos ¿Por qué los tienes tú y no te das cuenta?
¡Devuélvelos, es una orden!
Puedo decir eso, no son sus ojos, es lo que son sus ojos, lo que viven sus ojos, lo que los derrite. Ojos enganchados a algo como un nervio, algo frío o negro, o azul marino o talvez bondad. ¿Qué es? Nosé, es de mí. Ahí donde no vi es lo que perdí desde ese momento.
Nunca podré vivir tranquila, en paz, sabiendo que mi ojos, mi mirada, estan en un ajeno.
Descarado ladrón me mira como si yo fuera la descarada, como si yo fuera ladrona.
A pesar de todo, jamás pensé que mis ojos serian o llegarían a ser tan hermosos. No volverán a ser hermosos. Tengo que recuperarlos, ahora solo hay agujeros donde hubo ojos, ojos de vidrio, o talvez de madera u ojos de carne, de ojo.
Esa melancolía de mis ojos inunda mis ojos cuando miro las cosas. Se llevo mi brillo, lo que pudo sujetar mis ojos.
Ese no es el problema, si hay un problema ¿Cuál es? El problema es que encontré ojos mas bellos y profundos que los míos, ojos que completan los míos. Son ojos cielo, ojos mar, ojos ángeles y los míos, ojos tierra, ojos árboles, ojos demonio.
Es la envidia que me mata, es el enamoramiento de otros ojos que no son los míos y eso es detestable. Infidelidad a mi mirada, acuchille mis ojos. Saben que hay algo celestial, saben que no serán suficientes para contener a este cuerpo derrumbado sobre una cripta, o talvez sobre el banquillo de la plaza.
Por este motivo envió el siguiente mensaje a mis ojos: (Ojos unificados)
“Queridos ojos, por favor, si por un momento piensas en mi, recuerda que solo tú me haces vivir. Piensa que solo a ti puedo mirarte y mirarme. Vuelve, si me amas, vuelve con mis ojos, no te pierdas con otros ojos que no te reflejan y van a descomponer tú mirada con microbios.
Sabes que no hay otros ojos mas iguales que los míos y yo se que no hay ojos iguales que los tuyos. Lo reconozco, tú eres mis ojos, tú eres lo que verá el mundo por mi, tú mirarás afuera cuando me falte la mirada. Veras por mi y sabré que viste porque tú eres yo.
Ojos, si no es así, no vuelvan, pero no vuelvan nunca más, nunca más en su vida de ojos. Ya no voy a querer verlos, porque voy a llorar, a llorar mucho y me van a doler estos ojos sin identidad.
Por favor, eres de mí, sabes lo que me duele, si quieres quédate con ese que tiene tú dominio, pero no vuelvas a mírame nunca más. Te lo pido ¿Porqué? Porque tengo que sepultar en lo mas oscuro de mis pensamientos y de lo que soy unos ojos engendrados por nuestros ojos. Tú-mis ojos. Eran sus ojos, estabas tú, estaba yo, era él, sólo él con los ojos de sus padres en la mirada. Inquietante fusión de miradas.
Ya no quiero pensar más en él, porque las lágrimas duelen y queman. Ya no puedo ver bien. Y no quiero ver bien para verte, no quiero verte y si quiero hacerlo. No quiero verte porque no quiero ver los ojos de ese niño cayéndose al acantilado. No quiero que aparezca su sombra en mis sueños y en mis días despierta. Lo peor es que ya no esta en mis sueños, ni en mi pensamiento, esta en mis venas, en tus venas, en mi vientre y en el tuyo.
Mientras tanto seguiré mirándote en el espejo, sintiendo esta tristeza tan amarga, al ver en mis ojos en el espejo, los ojos de él, ese pequeño que no existirá jamás.

A Damián.

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