Dulce y agradable melodía que calma la furia de misteriosas bestias que despiertan de una pesadilla eterna, de sueños de muerte y caos. Envenenadas con deseos de masacre y belleza de destrucción. Simplemente suaves criaturas que están condenadas a causar desastres sin límites y sin compasión a seres de sangre inocente al ser despertadas de su doloroso sueño.
Siglo XI a.c., fin del sueño. Época de violencia, sangre y muerte. Dolorosa y masiva masacre a inocentes que no poseían poder alguno para sobrevivir en el mundo de las tinieblas, pagando con sus vidas el fin del sueño de las bestias.
Se reunieron los guerreros más valientes, las brujas y magos más poderosos del Gnoma, para encontrar juntos la luz que guiara su camino a la victoria.
El legendario monte Qed, en el que se reunían los poseedores del poder supremo fue escenario de una lucha interminable entre bestias y seres de razas supremas, en el que perdieron la vida legendarios guerreros de sangre divina.
Siglo XI a.c., fin del sueño. Época de violencia, sangre y muerte. Dolorosa y masiva masacre a inocentes que no poseían poder alguno para sobrevivir en el mundo de las tinieblas, pagando con sus vidas el fin del sueño de las bestias.
Se reunieron los guerreros más valientes, las brujas y magos más poderosos del Gnoma, para encontrar juntos la luz que guiara su camino a la victoria.
El legendario monte Qed, en el que se reunían los poseedores del poder supremo fue escenario de una lucha interminable entre bestias y seres de razas supremas, en el que perdieron la vida legendarios guerreros de sangre divina.
La devastadora furia de bestias sagradas fue inevitable por dolorosos siglos. Caballeros, magos, brujas y todo tipo de vida existente fue desbaratada.
Sólo un día, en el que la luz de la inocencia se desvanecía, renació la luz, llamada por los gritos desesperantes de valientes inocentes que entregaron su vida a el combate final, nació un ser, un cosmos, un alma que, sin ostentar poder alguno se cubrió con el calor de la bestias y observó el horizonte con ellas rendidas a sus pies.
Se escucho más allá de la muerte, la dulce y agradable melodía que calmo la furia de sagradas y misteriosas bestias que despertaron de su pesadilla eterna.
Kromonica, instrumento legendario creado por las raíces del núcleo de la tierra que libera una agradable melodía al ser acariciada por la suave brisa de los labios del elegido que sólo cubre la eterna furia de las bestias y las adormece.
I
Las fuerzas oscuras del atardecer sombrío se alzan frente al poder divino de la luz amenazante que nos dirige a la lucha sin fin de guerreros últimos del Gnoma.
Única devastación del luto intermitente de las almas guerreras dispersas en el Monte Qed.
Ya no existe quietud, ya no existe paz, solo renace el poder maligno y sombrío de las aguas turbias que bañan la aspereza de los cuerpos bestiales. Sus alas se despliegan como un susurro de sangre en el viento sur.
-Yo, soy el elegido, un guerrero legendario que ha despertado de su sueño eterno, un ser que ha escuchado las suplicas. Yo, que he hecho parte de mi carne, el dolor de estas pobres, inocentes almas sin poder alguno. Sin voluntad propia, dominadas por sus placeres mundanos entregados por el maligno pensamiento de Él.
- ya no puedo creer en el hermoso sentimiento de libertad-. Mi ser, envenenado, condenado a sufrir con ellos, Con las bestias - Ya no siento pasión, solo siento dolor-
- Pero, no todos se han entregado al poder maligno-. Pobre de ellas, es solo por el miedo que lo han hecho.
¡Debo luchar, por todos aquellos y en honor de quienes tiñeron con su sangre rosa, los labios malditos de esos engendros!
-Como me desgarro, como me perturban esas almas-, mi mente se confunde-Es, como si yo fuera el culpable, es como si yo fuera el que corrompe esas almas-.
¡No debo sentir piedad, no puede conmoverme nada! La muerte alcanza y así les sucedió a todos ellos.- Eso no me incumbe-. Frialdad, sequedad, no llores, no pienses solo actúa.- Debo hacer lo que debo hacer-. Encontrar la Kromonica, emitir la melodía y ocultar esos estorbos.
Finalmente el guerrero legendario ha emergido con sutil fuerza, con débil decisión. Desorientado, sin poder imaginar el lugar donde encuentre su instrumento. Desesperado, y enfermo, sin saber que lo esta. Sin saber que debe dar refugio a las ultimas almas que danzan en la tierra lodosa del pantano cubierto de sudor reptil.
Esta vez, la batalla será diferente- esta vez su piel será parte del filo de una espada
Esta vez, deberá luchar, con sentimiento.
Enfermo- Para poder sobrevivir necesita que la dulce melodía de la Kromonica fluya de sus labios fríos y suaves, fluyan de las desesperación y el dolor de la perdida de lo amado- Esta vez, las bestias no dormirán, no cesaran. Debe cumplir su destino.
-Todo están frió aquí. ¿Porque me sucede esto?, ¿porque están distinto ahora?, ¿porque me duele el cuerpo?, ¡Que es esto?- ahh!, debo avanzar, debo encontrar un lugar en donde descansar, preparar mi búsqueda y supongo que tengo que alimentarme. -Pero, hay algo que no comprendo, ¿Qué habrá despertado a las bestias? La primera y última vez que dormí a esas criaturas, estaba seguro que nada las despertaría. Supongo que nunca lo sabré. Al igual que no se de donde vengo, ni porque soy el elegido, ni ninguna razón de porque de las bestias ni quien o que me despierta. ¡Ni siquiera se porque me despierto!, ¿Porque debo dormir igual que esas criaturas?, ahhh, mejor avanza y cállate-.
Bueno, lo único que tengo es este mapa de egnomacrometro, que me dice: ehhh, estoy, ehhh, ahh si, la tercera magneoginguional norte del cúmulo centro del Gnoma -vaya el núcleo en su mayor potencia y ferocidad.
Bueno, creo que debo ir por la segunda magneoginguional noreste, pues, por lo que puedo ver en el horizonte, su cielo esta tranquilo y sin rasgos de oscuridad. Pero tengo mucha hambre, y no se que tipo de alimento necesito. Creo que mi estadía en este mundo va ser muy complicada. Antes, no sentía hambre ni sed, tampoco existía el dolor en mi. Ahora siento que la brisa que me toca lastima mi piel, me duelen las entrañas, y lo más terrible es que siento que todo esto ya no es un sueño. Antes, aunque haya sido la única vez, sentía y sabia que mi cuerpo solo era una imagen, no real, no sentía nada, solo sabia que debía tomar mi instrumento y emitir esa dulce melodía que emanaba de mi interior. ahhh! como la necesito, necesito, siento que mi cuerpo se debilita, siento que mi alma se oscurece y mi mente se perturba con el solo hecho de pensar que la necesito. Ah!, que dolor, ¿que es esto?, no se que hacer, me siento perdido, estoy solo.
El elegido siguió su camino. Cada paso que daba era más frustrante. Jamás había estado solo en la tierra del Gnoma. Pensaba en todas las dificultades que se le presentarían en el camino, al no conocer nada de este nuevo mundo, que era mas parte de él, que de todas las almas existentes en el tiempo.
Se acercaba la noche y solo había avanzado unos 20 execlos, la altura en la cual se encontraba eran unos 48 ciclotidos. Estaba muy cansado. Había encontrado unas maninjes desparramadas por todo el camino, que le ayudaron para aliviar un en gran medida el hambre que lo debilitaba. Al comienzo, no le habían agradado por su sabor, pues al tener contacto con los labios sabia amarga, al morderla parecía ácida, y al mezclarse con la saliva adquiría un sabor exquisitamente dulce. Después de todos esos pasos amargos y ácidos, no les tomo importancia pues, el sabor que tenían era delicioso al fin y al cabo y para ser la primera vez que se alimentaba le habían fascinado, y recogió unas cuantas para su alimento al anochecer.
Sólo un día, en el que la luz de la inocencia se desvanecía, renació la luz, llamada por los gritos desesperantes de valientes inocentes que entregaron su vida a el combate final, nació un ser, un cosmos, un alma que, sin ostentar poder alguno se cubrió con el calor de la bestias y observó el horizonte con ellas rendidas a sus pies.
Se escucho más allá de la muerte, la dulce y agradable melodía que calmo la furia de sagradas y misteriosas bestias que despertaron de su pesadilla eterna.
Kromonica, instrumento legendario creado por las raíces del núcleo de la tierra que libera una agradable melodía al ser acariciada por la suave brisa de los labios del elegido que sólo cubre la eterna furia de las bestias y las adormece.
I
Las fuerzas oscuras del atardecer sombrío se alzan frente al poder divino de la luz amenazante que nos dirige a la lucha sin fin de guerreros últimos del Gnoma.
Única devastación del luto intermitente de las almas guerreras dispersas en el Monte Qed.
Ya no existe quietud, ya no existe paz, solo renace el poder maligno y sombrío de las aguas turbias que bañan la aspereza de los cuerpos bestiales. Sus alas se despliegan como un susurro de sangre en el viento sur.
-Yo, soy el elegido, un guerrero legendario que ha despertado de su sueño eterno, un ser que ha escuchado las suplicas. Yo, que he hecho parte de mi carne, el dolor de estas pobres, inocentes almas sin poder alguno. Sin voluntad propia, dominadas por sus placeres mundanos entregados por el maligno pensamiento de Él.
- ya no puedo creer en el hermoso sentimiento de libertad-. Mi ser, envenenado, condenado a sufrir con ellos, Con las bestias - Ya no siento pasión, solo siento dolor-
- Pero, no todos se han entregado al poder maligno-. Pobre de ellas, es solo por el miedo que lo han hecho.
¡Debo luchar, por todos aquellos y en honor de quienes tiñeron con su sangre rosa, los labios malditos de esos engendros!
-Como me desgarro, como me perturban esas almas-, mi mente se confunde-Es, como si yo fuera el culpable, es como si yo fuera el que corrompe esas almas-.
¡No debo sentir piedad, no puede conmoverme nada! La muerte alcanza y así les sucedió a todos ellos.- Eso no me incumbe-. Frialdad, sequedad, no llores, no pienses solo actúa.- Debo hacer lo que debo hacer-. Encontrar la Kromonica, emitir la melodía y ocultar esos estorbos.
Finalmente el guerrero legendario ha emergido con sutil fuerza, con débil decisión. Desorientado, sin poder imaginar el lugar donde encuentre su instrumento. Desesperado, y enfermo, sin saber que lo esta. Sin saber que debe dar refugio a las ultimas almas que danzan en la tierra lodosa del pantano cubierto de sudor reptil.
Esta vez, la batalla será diferente- esta vez su piel será parte del filo de una espada
Esta vez, deberá luchar, con sentimiento.
Enfermo- Para poder sobrevivir necesita que la dulce melodía de la Kromonica fluya de sus labios fríos y suaves, fluyan de las desesperación y el dolor de la perdida de lo amado- Esta vez, las bestias no dormirán, no cesaran. Debe cumplir su destino.
-Todo están frió aquí. ¿Porque me sucede esto?, ¿porque están distinto ahora?, ¿porque me duele el cuerpo?, ¡Que es esto?- ahh!, debo avanzar, debo encontrar un lugar en donde descansar, preparar mi búsqueda y supongo que tengo que alimentarme. -Pero, hay algo que no comprendo, ¿Qué habrá despertado a las bestias? La primera y última vez que dormí a esas criaturas, estaba seguro que nada las despertaría. Supongo que nunca lo sabré. Al igual que no se de donde vengo, ni porque soy el elegido, ni ninguna razón de porque de las bestias ni quien o que me despierta. ¡Ni siquiera se porque me despierto!, ¿Porque debo dormir igual que esas criaturas?, ahhh, mejor avanza y cállate-.
Bueno, lo único que tengo es este mapa de egnomacrometro, que me dice: ehhh, estoy, ehhh, ahh si, la tercera magneoginguional norte del cúmulo centro del Gnoma -vaya el núcleo en su mayor potencia y ferocidad.
Bueno, creo que debo ir por la segunda magneoginguional noreste, pues, por lo que puedo ver en el horizonte, su cielo esta tranquilo y sin rasgos de oscuridad. Pero tengo mucha hambre, y no se que tipo de alimento necesito. Creo que mi estadía en este mundo va ser muy complicada. Antes, no sentía hambre ni sed, tampoco existía el dolor en mi. Ahora siento que la brisa que me toca lastima mi piel, me duelen las entrañas, y lo más terrible es que siento que todo esto ya no es un sueño. Antes, aunque haya sido la única vez, sentía y sabia que mi cuerpo solo era una imagen, no real, no sentía nada, solo sabia que debía tomar mi instrumento y emitir esa dulce melodía que emanaba de mi interior. ahhh! como la necesito, necesito, siento que mi cuerpo se debilita, siento que mi alma se oscurece y mi mente se perturba con el solo hecho de pensar que la necesito. Ah!, que dolor, ¿que es esto?, no se que hacer, me siento perdido, estoy solo.
El elegido siguió su camino. Cada paso que daba era más frustrante. Jamás había estado solo en la tierra del Gnoma. Pensaba en todas las dificultades que se le presentarían en el camino, al no conocer nada de este nuevo mundo, que era mas parte de él, que de todas las almas existentes en el tiempo.
Se acercaba la noche y solo había avanzado unos 20 execlos, la altura en la cual se encontraba eran unos 48 ciclotidos. Estaba muy cansado. Había encontrado unas maninjes desparramadas por todo el camino, que le ayudaron para aliviar un en gran medida el hambre que lo debilitaba. Al comienzo, no le habían agradado por su sabor, pues al tener contacto con los labios sabia amarga, al morderla parecía ácida, y al mezclarse con la saliva adquiría un sabor exquisitamente dulce. Después de todos esos pasos amargos y ácidos, no les tomo importancia pues, el sabor que tenían era delicioso al fin y al cabo y para ser la primera vez que se alimentaba le habían fascinado, y recogió unas cuantas para su alimento al anochecer.
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